Minimalismo arquitectónico y nobleza en los materiales. Con una estética depurada de líneas rectas y geométricas puras, la cocina Doca se articula a partir de superficies porcelánicas continuas que refuerzan una imagen monocromática, precisa y atemporal. La presencia de una pared revestida en nogal matige introduce calidez y profundidad al conjunto, generando un contraste exquisito con la sobriedad del porcelánico.
El corazón funcional del ambiente lo configuran dos imponentes islas realizadas en piedra natural, concebidas como piezas escultóricas que combinan funcionalidad, resistencia y sofisticación.
Este proyecto redefine los estándares de la cocina contemporánea a través de una integración perfecta entre forma, materialidad y precisión constructiva.